Hoy vamos a hablar de fracaso. De fracaso personal y profesional.
Las empresas intentan arreglar las cosas una y otra vez, en vez de abandonarlas cuando no funcionan. Parece que la frases “reorganicémonos para salvar la situación” o “tenemos que esforzarnos más” solucionan los problemas del pasado. Pero si pensamos con detenimiento el problema, veremos que todo eso no cambian nada, y que siguen haciendo las mismas jugadas con distinto nombre, hasta que los recursos se acaban.
Reconocer un error, dentro y fuera de la empresa es algo muy difícil, debido a sus connotaciones lingüísticas. En el diccionario fracaso es “malogro, resultado adverso” y también “caída o ruina de una cosa con estrépito” por lo que no gusta que ocurra. Reconocer un error y no hacer nada al respecto es malo para cualquier actividad, pero no nos damos cuenta que es mucho mejor reconocer pronto el fracaso y cortar las pérdidas cuanto antes. Hay que recordar, ya que algunos lo olvidan con facilidad, que las empresas son personas, y a las personas no les gusta reconocer que han fracasado, “se agarran a un clavo ardiendo” si hace falta. Es lógico, a nadie le gusta ver frustrado su proyecto.
El conflicto entre lo personal y lo empresarial.
Cuando un proyecto no sale adelante, el responsable máximo del mismo suele perder el bono o incluso el puesto, por lo que se intenta retrasar al máximo que el fracaso aflore. Mejor seguir perdiendo dinero y personal que aceptar que hemos fracasado.
Menos mal que no todos son iguales. En una isla del Pacífico lo tienen claro. Los japoneses han encontrado la solución, y ésta pasa por reconocer rápidamente los errores y hacer los cambios necesarios. Se debe seguramente al estilo de gerencia consensuada, que tiende a eliminar el ego. Un gran número de personas tienen una pequeña parte de grandes decisiones. Se resume esto en: es mucho más fácil vivir con: “estamos todos equivocados” que con el devastador “yo estaba equivocado”.
En Resulta2 también tenemos nuestras soluciones, trabajar en un cambio de paradigma, donde la innovación personal hará un cambio empresarial generando resultados que nunca te imaginarías. Todos somos humanos, y del fracaso siempre sacamos lecciones, y de las lecciones éxitos y de los éxitos fracasos. Lo que yo llamo, el bucle humano.
Errar es de humanos. Errar y herrar de herreros.
Feliz fracaso!
Pd. Si hay algún fallo en estos textos, de gramática, ortografía, etc es normal. El que escribe también es humano.
Fuente. Leyendo “Las 22 leyes inmutables del marketing”, de Jack Trout, Al Ries y Raul Peralba, me saltó la idea. Lean el libro cómo mínimo, yo lo estudié.