Organizar más actividades que unan al equipo, buscar más momentos de esparcimiento y desconexión del trabajo, delegar tareas en otras personas, dejar de fumar, actualizarse realizando formación específica, aprender idiomas… Son muchos los propósitos que nos podemos marcar año tras año, y muy variados. ¿Realmente los cumples?
Hoy en el blog hacemos un post muy especial, y es que cada comienzo de año es habitual sentirse lleno/a de energía. ¡Queremos que la sepas aprovechar! Es relevante plantear una estrategia para cada objetivo, se trata del factor diferencial. Pensar en el camino a recorrer para conseguir un determinado logro es clave para reducir la incertidumbre, interiorizar pautas y saber apreciar los pequeños cambios que nos indican que, efectivamente, vamos bien orientadas/os. Te damos más claves.
Contenido del artículo
Metas realistas y específicas
No vale con decir «voy a encontrar más tiempo para mí» o «voy a hacer más networking«. Tienes que decir cuantificar en qué medida quieres hacerlo.
Tampoco sirve plantear metas que, para el común de los/as mortales, no serían posibles. Por ejemplo, si nunca has visto nada de chino, y se dice en estudios que se necesitan mínimo dos años de estudio intensivo para dominar dicho idioma, no busques hacerlo en uno. Primero porque ya sabes de antemano que la dificultad de la empresa requiere de más tiempo, segundo porque… ¿de verdad sólo te vas a dedicar a ello? Valora prioridades.
Reflexiona sobre errores pasados
¿Eres de esas personas que se marcan los mismos propósitos cada año?
Quizá es hora de cuestionar los procedimientos empleados con anterioridad y advertir sus debilidades. Es una buena forma de conocerse mejor a uno/a mismo/a, estaremos observando aquello que nos cuesta más, al mismo tiempo que nos daremos cuenta de si algo funcionaba y desistimos en el intento por causas ajenas a nosotros/as. ¡No siempre la culpa está en uno/a mismo/a! Las dinámicas del entorno influyen en nuestros comportamientos, y viceversa.
Divide en objetivos más pequeños y alcanzables
Algo tan básico como esto te ayudará a ver mejor los progresos y ganar en productividad. Tendrás una conciencia mayor de lo que vas realizando en tu búsqueda de poder terminar el año con los propósitos satisfechos. Evalúa qué proceso es el que te puede llevar al éxito. No es trabajar más, es trabajar mejor.
Empieza cuanto antes
No lo dejes para el mes que viene, enero es el mejor mes para empezar con los propósitos. Posponiendo sólo estarás invocando a la temida espiral de la procrastinación. Pensar que ya llegará la motivación es un error de principiante.
Las acciones son las que la van «construyendo», y notarás que, según vayas realizando actividades en pos de tu objetivo, irás sintiendo más ganas de ir a por él. Las conductas en una misma dirección irán reforzando comportamientos adecuados para cumplir los propósitos planteados.
Si te dicen que es demasiado fácil, desconfía
Internet da acceso a testimonios de muchas personas. Algunas de ellas nos describen realidades duras, otras nos exponen historias muy bonitas y poco creíbles. Los claroscuros son la tónica cuando hablamos de propósitos.
Habrá días que sientas mucha energía, ganas de continuar, y otros que quieras echar todo a rodar y dejar los propósitos para el año siguiente. Dependiendo de los propósitos que sean, busca apoyos en familiares, amigas/os o compañeros/as de trabajo, o ponte en contacto con profesionales de la materia. En Resulta2 estamos acostumbrados/as a tratar con los retos de empresas, que acuden con demandas muy concretas a las que respondemos con planes personalizados.