Cada semana compartimos en nuestras redes sociales un testimonio. Cada persona percibe de forma diferente, se fija más en unos detalles que en otro. Los testimonios nos ayudan a poder explicar la vivencia de la experiencia de transformación de una forma más global. Con ellos consideramos más cuestiones que las que forman parte de nuestras previsiones y resultados en función de nuestras anteriores intervenciones.
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Experiencia de transformación
Las empresas, en su objetivo de garantizar su permanencia, cometen en ocasiones un error que puede salir caro en tiempo y dinero. Sabemos que una empresa no es la suma de elementos, y que contar con un espacio físico o una buena red de relaciones, dinero, profesionales de distintas disciplinas y experiencia previa no nos van a hacer necesariamente eternos. A pesar de ello, los cursos de formación o los programas y talleres para el aprendizaje de una determinada herramienta gozan de gran atractivo. Vemos en ellos la salida a nuestros problemas, o el impulso para lograr nuevos retos. ¿Qué ocurre? Que se aprenda una herramienta no significa que se utilice.
Cultura de transformación
No queremos que quienes trabajan en la empresa tengan una experiencia de transformación en modo simulacro. Queremos que realmente acudan a las herramientas y formas de trabajar que les llevarán a optimizar sus tareas y adecuarse a los entornos VICA. Buscamos que aumenten su confianza, al mismo tiempo que cuidan el aspecto técnico. Sin la confianza, lo segundo no está claro, pues pueden retornar a los procedimientos habituales que les resultan cómodos. La comodidad no es mala, de hecho, en nuestros programas es un objetivo. Hay que sentirse cómodos/as, con la experiencia de transformación. La comodidad no debe ir reñida con el cambio, y la incertidumbre debe tener un menor peso en nuestras acciones, y por encima de ella tenemos que ver nuestras aptitudes y capacidades.
Si algo cambia, si algo caracteriza la vivencia de la experiencia de transformación, es precisamente la comodidad. «Lo que antes era un problema, ahora es una oportunidad», decía una de las personas participantes en uno de nuestros programas. Se trata de ampliar la zona de confort, no de salir de ella, como muchas veces se vende en los programas dirigidos a empresas.
«Baso mi comunicación en hechos y no en juicios», afirmaba otro testimonio. Puede que nos parezca que lo actual funciona, que los resultados no-son-tan-malos. Ya en esta frase se muestra la racionalización posterior, cómo no notamos mejoría, progresión, pero nos convencemos de que está bien. Al trabajar directamente en la experiencia de transformación, en el cambio a una cultura de transformación, estamos cuestionando nuestros puntos de partida, nuestros juicios convertidos con el tiempo en dogmas.
«Confío mucho más en mí misma», «soy mucho más proactiva, me centro en el propósito, en lo que quiero conseguir y en ofrecer soluciones y alternativas» y «soy más autónoma gracias a que me he convertido en alguien más segura de mí misma» parecerían haber sido comentarios de una misma persona. Pero no. Son tres mujeres distintas, que han pasado por un proceso de empoderamiento, y están dispuestas a comerse el mundo.
En Resulta2, nos gustan los cambios reales, y no nos permitimos otros. ¿Y tú? ¿Quieres cambios que se sostengan en el tiempo? ¿Quieres algo que te haga dar el paso a una cultura de transformación? ¡Llámanos!