¿Cuáles son las dimensiones de la inteligencia emocional?

Empecemos por el principio: si vamos a definir cuáles son las dimensiones de la inteligencia emocional, primero tendremos que tener muy claro qué es, ¿no? Veamos:

Inteligencia emocional es la capacidad para reconocer nuestros sentimientos y los de los demás, para así poder manejar bien las emociones y tener mejor relaciones con los que nos rodean.

Con esto en mente es fácil concluir que un alto nivel de inteligencia emocional es una herramienta muy valiosa en los negocios. Si trabajas en una pequeña empresa o para ti mismo/a, tu desempeño dependerá en buena medida de estas habilidades. Si trabajas en una gran empresa, se te evaluará en base a ellas. Poseerlas, en definitiva, es clave para tu éxito. Es más, si formas parte de un equipo gerencial es recomendable que inviertas en potenciar la inteligencia emocional de tu equipo y que te esfuerces en ser un líder inteligente emocionalmente.

Ahora que ya sabemos qué es la inteligencia emocional y para qué es útil en el entorno profesional, vamos a entender sus 5 dimensiones:

Autoconciencia

La conforman 3 competencias:

• Conciencia emocional. Es la capacidad de reconocer las propias emociones y saber por qué las sentimos.

• Autoevaluación precisa. Las personas que la posean conocerán sus fortalezas y debilidades. De esta forma podrán explotarlas o superarlas, con una apertura total al aprendizaje continuo y la retroalimentación.

• Autoconfianza. Nos facilita la toma de decisiones en situaciones difíciles. Quienes tienen confianza en sus propias habilidades son capaces de asumir riesgos, trabajan más y mejor. Por tanto, obtienen mejores resultados.

Autorregulación

Es una capacidad relacionada con la zona de «la memoria que trabaja», que es la que nos permite prestar atención, recordar información y tomar decisiones. Trabaja mejor en calma, por eso cuando hay una emergencia cambia a otro modo y alerta a todo el sistema. En este proceso se reduce la creatividad, por eso cuando alguien está nervioso/a puede sufrir un bloqueo mental temporal que limita su capacidad de expresarse. Una persona con esta capacidad tiene:

• Autocontrol. Permite dominar los impulsos y sentimientos y pensar con claridad en situaciones complicadas. Para desarrollarlo es muy útil la meditación y el ejercicio físico regular.

• Fiabilidad. Es una característica propia de personas que actúan con ética, que generan confianza y que admiten sus errores. En un ambiente laboral la fiabilidad significa dejar que las personas conozcan los valores y principios de uno y que actúen conforme a ello.

• Innovación y adaptabilidad. Son capacidades propias de personas que proponen nuevas formas de hacer las cosas y que aportan ideas innovadoras en general. Quienes son adaptables son capaces de ajustarse a cualquier ambiente y situación, incluso cambiando sus prioridades cuando la ocasión lo requiera.

Motivación

La puede impulsar la cuestión financiera, claro, pero también puede generarla un reto creativo o una tarea estimulante. Se compone de:

• Motivación al logro. Aquí la retroalimentación es algo muy importante. Implica que las personas se esfuerzan para ser mejores, se fijan metas retadoras, quieren hacer las cosas de la mejor forma posible.

• Compromiso. Se consiguen altos niveles de compromiso cuando las personas creen en lo que hacen y en la empresa en la que están. Así, se esfuerzan para conseguir una meta mayor, se identifican con los valores del grupo y buscan constantemente oportunidades para alcanzar la misión.

• Iniciativa y optimismo. Una persona con iniciativa persigue metas que sobrepasan las expectativas que la gente del entorno se ha hecho de ella. Son positivas y sienten que pueden hacer todo lo que se propongan.

Empatía

Con esta dimensión una persona es capaz de ponerse en la piel de la otra persona, entender cómo se siente y piensa y, en función de ello, actuar. Implica:

• Comprender a los demás. El entorno laboral diario sirve para conocer las necesidades del equipo y, en base a ello, potenciar sus habilidades.

• Desarrollo de los demás. Las personas líderes, que impulsan la transformación de los equipos humanos, promueven el desempeño de sus empleados/as, proponiéndoles retos acordes con sus perfiles y papel en el grupo. Además, creen en aquellas personas que tienen un desempeño menor, les apuntan de forma crítica pero constructiva los fallos, animándoles a encontrar por sí mismos/as las soluciones.

• Orientación al servicio. En el contexto empresarial tiene relación con las necesidades de los clientes y de cómo las cubrimos con nuestros servicios y productos. Empuja a poner todo el esfuerzo en crear una relación de confianza con ellos.

• Apalancamiento de diversidad. Quienes tienen esta capacidad respetan a la gente diferente y son capaces de relacionarse con personas de otros orígenes. Las minorías pueden sentirse rechazadas, disminuyendo así su desempeño. Por esta razón el apalancamiento de la diversidad es cada vez más relevante. De hecho, algunas investigaciones realizadas por la Universidad de Stanford revelan que los estereotipos de género y raciales disminuyen el desempeño laboral.

• Conciencia política. Se trata de reconocer las influencias políticas y sociales y estar a tono con el clima y la cultura de la organización. Al mantener relaciones con otros empleados o clientes, es clave saber quién posee el poder y toma las decisiones. Si mantienes buenas conexiones personales, entonces tendrás esta destreza.

Habilidades sociales

Las podemos resumir en:

• Influencia. Una persona que sabe comunicarse y es capaz de ganarse a la gente es una persona influyente.

• Comunicación. Las personas con habilidades comunicativas son capaces de afrontar situaciones difíciles, saben escuchar y aceptan las buenas y malas noticias.

• Manejo de conflictos. La clave es poder desenvolverse en situaciones complejas y encontrar soluciones a los problemas. Algunas formas de evitar conflictos son: mantener la calma, mostrar disponibilidad para resolverlo, exponer el punto de vista propio en un tono neutral e intentar encontrar soluciones.

• Liderazgo. Esta competencia se relaciona con la anterior. Las personas líderes tienen una misión y una visión compartida: el fin último es el objetivo común.

• Catalizador de cambios. Son quienes perciben la necesidad de cambio y animan a que se produzca.

• Creación de lazos. Con esta habilidad somos capaces de crear relaciones mutuamente beneficiosas.

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