¿Sientes admiración por las empresas que integran listas de las organizaciones más deseadas en la búsqueda de empleo? ¿Te gustaría que tu organización, independientemente de su tamaño, también enamore? Sigue leyendo… te damos 7 claves.
1. Saber escuchar
Saber escuchar es primordial, no sólo cuando hablamos de relaciones con amigos y amigas, nuestra pareja, nuestros padres… sino también en el contexto empresarial. Son las personas quienes usan las tecnologías, asisten a reuniones y se convierten en embajadoras de marca. Saber escuchar es el primer paso para saber atender a sus necesidades y desarrollar una estrategia que consiga el respaldo de trabajadores y trabajadoras. Asimismo, en esta competencia -que se puede trabajar-, está la capacidad de conocer a los/as clientes y a potenciales consumidores/as.
2. Poner como prioridad a las personas
Es cierto que uno de los objetivos de las empresas es ganar dinero, y se busca la rentabilidad en aquellas acciones en las que la organización se embarca, pero no debe ser lo que busquemos de forma primordial. Para garantizar la sostenibilidad es vital considerar al mismo nivel otros objetivos. Buscar que las personas que integran la empresa estén contentas con sus respectivos puestos será siempre una buena idea. No es posible garantizar su felicidad, y tampoco será lo que se pretenda al existir numerosos factores en los que no se puede ejercer influencia. La meta a corto plazo es que quienes entren a la empresa sepan rápido qué se espera de ellos/as, encuentren respaldo por parte de la organización y comprendan que la organización también trabaja en responder sus propias expectativas personales y profesionales. ¿A qué nos referimos con ello? A que tomen conciencia de que la empresa considera temas como la conciliación laboral, salario acorde a los puestos de trabajo, trato basado en el respeto mutuo, posibilidad de ascender dentro de la compañía, etc.
3. Desarrollar una cultura de innovación
Innovar no significa solamente el empleo de las más sofisticadas tecnologías, y la adopción de las mismas en cuanto salen al mercado. Cualquier empresa puede innovar, cuando esto está impreso en su seña de identidad, en su cultura. La cultura de innovación es aquella abierta a nuevas ideas, que se atreve a ser diferente, a introducir cambios incluso cuando todo va bien… ¡Porque todo puede ir AÚN MEJOR!
4. Liderar, en lugar de dirigir
Puede pensarse que es mucho más sencillo trabajar cuando se dan las pautas a seguir desde fuera. La cuestión cambia cuando estas pautas acaban siendo moldes muy rígidos en los que el trabajador o trabajadora debe desempeñar su labor sin posibilidad de réplica, aunque no coincidan con su forma de ver o hacer las cosas.
Con el liderazgo todo cambia. Se busca que quien forme parte de la empresa tenga autonomía y pueda compartir sin miedo sus ideas con el equipo. Se dirige de una forma no autoritaria, y un liderazgo bien ejercido ayudará a aumentar el sentimiento de pertenencia y la motivación.
5. Crear entornos de trabajo saludables
Las personas permanecen una gran cantidad de tiempo en sus puestos de trabajo… ¿y si invertimos en entornos que se caractericen por su ergonomía?
Sillas cómodas, una luz adecuada, colores que no resulten estridentes, control de ruidos para favorecer la concentración, una temperatura agradable… Son pequeños detalles que, sumados, significan mucho en cualquier organización, y ayudan a que esta enamore.
6. Anteponer calidad a cantidad
Los clientes valoran los trabajos bien hechos. Por otra parte, aceptar gran cantidad de proyectos puede suponer un número de tareas desmedido y acabar quemando al equipo. Se despierta a ese gran enemigo de la productividad: el estrés.
7. Desarrollar una «personalidad» propia
Tener clara la cultura de la empresa es muy importante para que la organización enamore.
Las compañías más admiradas tienen una «personalidad» que las hace únicas. No presentan incoherencias entre la ideología que exponen tener y su forma de trabajar.
¿Nos ponemos en marcha para lograr que tu organización enamore?
Es momento de Resulta2 😉