«Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes. Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas estériles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas, la planta de bambú crece … ¡más de treinta metros!
– ¿Tarda sólo seis semanas en crecer?
– ¡No! La verdad es que se toma siete años para crecer y seis semanas para desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú genera un complejo sistema de raíces que le permiten sostener el crecimiento que vendrá después.
Cuento zen
En la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados a corto plazo, abandonan justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
3 comentarios en «El cuento del bambú japones me enseñó a ser paciente y constante»
Gracias por la informacion me acabaron de dejar una tarea sobre leer el cuento y sacar la moraleja y esto me sirvio mucho que Dios los bendiga grandemente
❤️🧡💛💚💙💜
Gracias a ti @Isabella por tu comentario. Sin duda las soluciones rápidas pueden funcionar pero no llevan al éxito, en la perserverancia está una de las claves!