Vivimos tiempos donde en nuestras organizaciones nos hemos dado cuenta que fomentar la sostenibilidad y la Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa no solo es ya un deber, sino que también puede fomentar mejores dinámicas internas y externas que afecten a toda la estructura.
Sin embargo, hay ocasiones en las que parece que el ámbito de la RSE se acaba cuando se termina las paredes de la oficina y se ha concretado unas acciones o proyectos a llevar a cabo. Y no debería ser así.
Con el teletrabajo ya insertado en nuestro día a día ya no contaminamos al ir al centro de trabajo, pero eso no nos puede dar rienda suelta a despreocuparnos.
Teletrabajar (y no contaminar al desplazarse) no hace ‘check’ por sí solo en la casilla de sostenibilidad.
Si algo hemos aprendido (y seguimos aprendiendo) en Resulta2 de la manos de proyectos que hemos llevado a cabo como el programa LÍDERDirse es que la RSE debe ser transversal y ubicua en toda la estructura de una empresa u organización.
Aquí van varios consejos para insertar en nuestros hábitos de teletrabajo que van bastante más allá de “Deja de usar papel para todo”. Apunta. Si algo tenemos claro es que con cosas así ganamos todos.
Teletrabajo sostenible: cada uno debe hacerse más responsable y consciente de su huella de carbono
Hay muchas consideraciones al trabajar desde casa: desde la energía que utilizas hasta los materiales que compras, pasando por las prácticas que adoptas a diario. Ahora cada miembro de la organización es su propio jefe de compras y el vigilante de la eficiencia energética. Eres el encargado de reducir tu huella de carbono dentro y fuera del horario laboral. Lo que se decidía a nivel organizativo, ahora nos corresponde a nosotros como individuos.
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Realiza compras éticas
Si teletrabajamos por nuestra cuenta, podemos aprovechar que tenemos más opciones disponibles.
Podemos elegir un almuerzo casero, en lugar de ir a por un sándwich envuelto en plástico. Podemos buscar opciones más ecológicas para nuestro material de oficina, y podemos elegir cómo amueblar y decorar nuestras casas y espacios de trabajo de forma más sostenible.
Eficiencia energética: modo on
El uso de la energía debería ser una de las principales preocupaciones al trabajar con ordenadores, luces o gadgets varios. Cambiar a una tarifa energética más ecológica podría ser una solución para reducir las emisiones de carbono.
Estudiar lo que compramos y a quién se lo compramos es una buena manera de empezar a ser más sostenibles cuando se trabaja desde casa.
Electrónica y equipos: sé consciente de su uso
Uno de los problemas del trabajo en casa desde el punto de vista medioambiental y de los residuos es la cantidad de equipos duplicados. Si alguien trabaja unos días en casa y otros en la oficina, es probable que tenga dispositivos adicionales.
La preocupación medioambiental añadida de la electrónica es la de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos que genera, que son más difíciles y caros de procesar y reciclar.
Una buena labor desde la gerencia de una empresa o como responsable de RSE es indicar a los teletrabajadores dónde están los puntos limpios más cercanos a sus casas. “Ey, aquí puedes llevar la impresora cuando te deje de funcionar”. Es así de simple.
Si reduces oficina por el teletrabajo, comparte
Si el paso de oficina a teletrabajo es perenne, a medida que las empresas reduzcan el espacio con el que antes contaban, es probable que también haya un exceso de muebles y artículos de oficina. Las empresas pueden buscar formas de repartir el excedente para ayudar a mantener a su personal en remoto o donarlo a causas benéficas.
Las personas que pagan las facturas (sí, tú, el jefe) pueden tomar decisiones mucho más cuidadosas sobre en qué gastan el dinero y si necesitan comprar algo de verdad o no, y dónde comprarlo.
Y no te olvides de que usar Internet también contamina
Aparte de los viajes, los suministros de la oficina y el uso de energía, también hay costes medioambientales asociados al uso de Internet, los correos electrónicos y toda nuestra comunicación digital moderna.
Si nos planteamos cómo ser más sostenibles cuando trabajamos desde casa, tenemos que ser conscientes de la huella de carbono de cada correo electrónico que enviamos o de cada consulta que hacemos. De acuerdo, es complicado reducirlos muchas veces, pero ser consciente es importante: Se calcula que cada búsqueda en Google tiene una emisión de entre 0,2 gramos y 7 gramos por búsqueda. En un e-mail, depende de su peso, pero puede alcanzar también los 4 gramos sin archivos adjuntos. Eso, realmente, es mucho con todos los que podemos llegar a mandar.
Por eso, quizá deberíamos informarnos sobre empresas que promuevan hosting o alojamientos web que funcionen comprando energía certificada de origen renovable.