Soft-blando, Skill-habilidad. Hasta ahí todo claro. Pero cuando juntamos las dos palabras y le damos importancia en el crecimiento personal y profesional empiezan las dudas, las incertidumbres. En un mundo cambiante como el que vivimos, las empresas deben adaptarse a un panorama muy dificil, hiperconectado y globalizado. ¿Qué tienen que ver las softskills en todo esto? Lo vemos a continuación:
¿Tengo 30 años de experiencia en el sector, me vas a decir lo que tengo o no que aprender?
Una carrera universitaria, un máster y MBA, incluso la experiencia, son condición necesaria para lograr el máximo desempeño en el puesto, pero.. ¿son suficientes?
Los conocimientos duros brindan soluciones a problemas técnicos, pero las crisis no solo se resuelven de manera técnica, sino más bien de forma adaptativa. Ahí entran las softskills.
Las habilidades blandas o soft skills son todos los atributos o capacidades que permiten a una persona desempeñarse en su trabajo de manera efectiva. Estas habilidades apuntan al lado emocional, interpersonal y a cómo se desenvuelve el personal en una empresa. En este plano entran temáticas como: trabajo en equipo, resolución de problemas, gestión efectiva del tiempo, gestión del cambio, manejo del estrés, liderazgo, comunicación efectiva, entre otros.
Conscientes de que en las empresas no todos los colaboradores han desarrollado éstas competencias, se han comenzado a impartir diversos cursos en el mercado que apuntan a tener un personal más cualificado, traduciéndose en una inversión tanto para las empresas como para los profesionales que están en el mercado laboral. Vemos como son muchas las compañías que se interesan en capacitar a su personal en las herramientas que les permiten optimizar productividad y rentabilidad. Muy solicitados son los cursos de orientación al cliente, comunicación efectiva, iniciativa o compromiso con los resultados.
El desarrollo de habilidades blandas como: trabajar en equipo, poseer un buen nivel de comunicación, tener adaptabilidad ante los distintos escenarios, una actitud positiva en la oficina, etcétera, son percibidas por los altos mandos como cualidades positivas en un empleado, especialmente cuando existe un mercado tan competitivo como el actual, en el que hay alta rotación laboral y en el que las empresas necesitan trabajadores productivos y alineados al crecimiento de la empresa.
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